Desde la antigüedad, la
medicina ha utilizado algunos cambios en el cuerpo a nivel externo para
determinar que internamente algo está ocurriendo y no está del todo bien. Esta
forma de diagnóstico aún sigue siendo la que utilizan muchos médicos, a
pesar de que la tecnología se ha convertido en la forma más precisa de
diagnosticar diferentes enfermedades.
El sistema médico chino y
otras terapéuticas orientales son un claro ejemplo de esta forma de
diagnóstico, que consiste en buscar todo tipo de cambios o alteraciones en el
cuerpo para sospechar que hay alguna anomalía en el organismo. Lo bueno es
que esta serie de señales que envía el cuerpo cuando algo no anda del
todo bien pueden ser utilizadas como alertas para detectar a tiempo diferentes
enfermedades, de modo que puedan ser diagnosticadas a tiempo y sea más
fácil darles un tratamiento oportuno.
Orina
A través del color u olor de
la orina es posible detectar que algo está pasando en nuestro cuerpo y que
debemos prestarle mucha atención antes de que se convierta en un problema. La orina de
una persona saludable debe tener un color amarillo claro y un olor particular
que no es fuerte.
Color: Gracias al color de
la orina es posible detectar todos los días el grado de hidratación del cuerpo.
Una orina de color claro quiere decir que el cuerpo está bien hidratado y en su
estado normal. Por su parte, la orina de color oscuro es un indicador de
deshidratación o mal funcionamiento del riñón, responsable de eliminar las
sustancias dañinas del organismo a través de la orina.
Frecuencia en la micción: Orinar con demasiada frecuencia es un síntoma común en las personas que sufren de diabetes o infecciones urinarias. Este problema también está asociado al consumo excesivo de alcohol, embarazo y músculos debilitados.
Olor: El olor fuerte en la
orina también puede ser un indicio de que algo no está del todo bien. Si este
olor se suma al color oscuro y el deseo frecuente de orinar, lo mejor es
consultar inmediatamente al médico.
Sangre en la orina: El
sangrado en la orina es un síntoma común de una enfermedad de las vías
urinarias o el riñón. El caso más común es aquel que señala cálculos en los
riñones.
Pérdida o aumento repentino de peso
La pérdida y aumento de peso
es un sube y baja en el que muchas personas están frecuentemente, ya que esto
suele depender del tipo de dieta y el estilo de vida de cada persona. Sin
embargo, un aumento o pérdida repentina de peso es algo que no debe ser ignorado
por ningún motivo, ya que es una señal clara de que algo grave puede estar
pasando.
Cuando una persona gana
repentinamente una cantidad significativa de kilos, esto le puede estar
indicando que tiene desequilibrios en la glándula tiroidea, retención
de líquidos, problemas del corazón o de los riñones, o embarazo. Por otro lado,
si en lugar de ganar, antes pierde muchos kilos sin explicación alguna, es
importante consultar al médico ya que es una señal de alerta de cáncer.
Alteraciones en la piel
La piel es nuestro
tejido más extenso y también es el que más expuesto está a una gran
cantidad de factores que lo pueden alterar. Es importante revisarla
frecuentemente, ya que casi siempre, a través de ella, se ven reflejados
muchos de los problemas o trastornos de salud que tenemos a nivel interno.
Si al revisar la piel
observas cambios en el color, aparición de lunares o manchas,
problemas severos de acné u otras alteraciones, lo mejor es consultar con un
dermatólogo para recibir un diagnóstico preciso y prevenir enfermedades graves
como el cáncer de piel.
Alteraciones en las uñas
Los cambios o alteraciones
en las uñas pueden ser un síntoma de diferentes tipos de enfermedades. Las
uñas forman parte de nuestra imagen personal, pero también son una ventana
para detectar que algo no anda bien en nuestro cuerpo.
Uñas pálidas: Si
las uñas pierden su brillo y se empiezan a notar pálidas, es posible que
estén alertando un problema de anemia y la falta de glóbulos rojos en la
sangre. En este caso, es bueno consultar al médico y mejorar la dieta
consumiendo alimentos ricos en hierro.
Uñas agrietadas y quebradizas: Unas
uñas agrietadas y frágiles pueden indicar problemas en la tiroides.
Uñas engrosadas y amarillentas: Este
tipo de uñas están indicando que hay presencia de hongos, los cuales se
pueden extender por toda la superficie de la uña.