Si eres de los que no les
quitaron las amígdalas de niño, y sufres de vez en cuando esas molestas
inflamaciones, sabrás lo molestas que llegan a ser. La amigdalitis es
la inflamación de las amígdalas, esas dos masas a cada lado de la
garganta, encargadas de filtrar gérmenes que entran por la boca. ¿Te
gustaría saber entonces cómo aliviar su inflamación?
Pero ¿qué son las
amígdalas y por qué se inflaman?
Sabemos que esta realidad es
muy común en los niños pequeños. Hasta hace unos años la mejor opción era la
extirpación de las mismas, pero últimamente empieza a tenerse en cuenta su
importante función en nuestro organismo: Las amígdalas son ganglios
linfáticos que se encuentran en la parte posterior de la boca y en la parte de
arriba de la garganta, y son importantes porque nos permiten eliminar las
bacterias y otros microrganismos, evitando así muchas infecciones y
enfermedades.
Ahora bien, a su vez, la
amigdalitis surge también por un virus, al sufrir una faringitis por
ejemplo, un elemento extraño que entra a través del aire, o bien por
contacto directo.
¿Qué síntomas tenemos cuando sufrimos de
amígdalas inflamadas?
-Nos cuesta tragar y beber
líquidos debido a la inflamación de la garganta.
-Suele cursar con fiebre
-El dolor de garganta suele
ser muy intenso y dura más de dos días
-Podemos también sufrir dolor
de oído, porque la inflamación puede extenderse hasta nuestro sistema
auditivo.
-Cansancio, dolor de cabeza,
sensación de estar “embotado”.
Remedios para la inflamación de
las amígdalas
1. Remedio con ajo
Uno de los mejores remedios
naturales. Como ya sabes, el ajo dispone de propiedades bactericidas,
es un gran antibiótico muy efectivo para tratar infecciones e
inflamaciones como las amigdalitis. Para poder beneficiarte de esta propiedad
del ajo, lo ideal es que tomes en ayunas un diente de ajo junto a un vaso de
agua. Verás como poco a poco te baja la inflamación.
2. Remedio con gárgaras de limón y
bicarbonato
Esta mezcla especial se alza
como un potente antibacteriano y como un remedio más que perfecto para bajar la
infección de las amígdalas. ¿Y cómo lo hacemos? Muy fácil, obtén el jugo
de un limón, añade un vaso de agua y una cucharadita de bicarbonato. Después
de removerlo, tienes que hacer gárgaras unas 5 veces al día durante 5
días. Muy fácil.
3. Remedio con gárgaras de limón y sal para
las amígdalas
Seguimos con el limón
aprovechando sus propiedades antibacterianas. Otro remedio que te puede servir
para las amígdalas es mezclar el jugo de un limón con agua y una
cucharada de sal. Es igual que la técnica anterior, sola que en lugar de
bicarbonato añadimos sal para hacer gárgaras. Es una técnica curativa muy
apropiada.
4. Remedio con gárgaras de manzanilla
y salvia para la amigdalitis
Maravillosas plantas
medicinales muy apropiadas para bajar inflamaciones. Disponen de
propiedades antisépticas y bactericidas, de ahí que podamos utilizarlas para
bajar la inflamación de las amígdalas.
¿Y cómo lo hacemos?
Deberás hacer una infusión
con 15 gramos de manzanilla y 15 hojas de salvia. Esto te servirá para hacer
casi un litro. Dejamos hervir y después permitimos que repose 10 minutos.
Tómate esta infusión cuatro veces al día muy poco a poco. Procura que no esté
muy caliente.
6. Remedio con gárgaras de orégano
¿Conocías este remedio? El
orégano es un buen antiséptico y un gran anti-inflamatorio. Es en realidad
algo muy clásico para tratar la amigdalitis. Para prepararlo sólo tendrás
que poner media cucharada de orégano en una taza de agua, calienta y deja que
repose. Lo colamos y podemos tanto hacer gárgaras como tomarlo en infusión a lo
largo del día.
7. Remedio con gárgaras de romero para la
amigdalitis
El romero es un buen
antiséptico, reduce el dolor, la inflamación, las infecciones… esencial que
cuentes con este sencillo remedio si sufres de amigdalitis. Para prepararlo vas
a necesitar varios ingredientes, toma nota: media tacita de vino blanco, dos
cucharadas de miel y dos ramitas de romero. Llévalo todo al fuego para que
cueza, para que hierva. Luego colamos esté preparado y hacemos gárgaras con
este remedio tres veces al día, pero recuerda, ha de estar tibio, nunca
caliente.
De los siguientes remedios
elige aquellos que te sean más fáciles de hacer. Recuerda que las gárgaras son
siempre muy efectivas y te ayudarán a calmar el dolor, pero será siempre
tu médico quien te hable del tratamiento a seguir.