Los bebés que se alimentan
de forma exclusiva con leche materna rara vez padecen estreñimiento, ya que
esta leche posee el balance apropiado de grasa y proteínas y, por ello, sus
deposiciones son suaves y regulares (después de comer o en el transcurso de uno
o días día).
Sin embargo, cuando el bebé
comienza a consumir nuevos alimentos, es cuando puede presentarse, con mayor
facilidad, el estreñimiento infantil.
En ese sentido,
la alimentación de un niño con estreñimiento usualmente tiene
un escaso contenido de fibra, con un exceso de alimentos refinados y ricos
en proteínas y una ingesta de líquidos insuficiente.
Al problema alimenticio, hay
que agregar el sedentarismo y en la falta de hábito para ir al baño cada día.
Aunque también hay que indicar que existen causas psicológicas que aumentan o
perpetúan el problema.
Se puede determinar que un
niño sufre estreñimiento (tomando en cuenta su edad y lo que consume) cuando
sus deposiciones son espaciadas (más de dos días) con un consumo normal de
alimentos y sus heces son secas, duras y pasan con dificultad.
Remedios populares
Remedio para el estreñimiento infantil
#1: Preparar 1 o 2 onzas de jugo de ciruela pasa diluido
en la misma cantidad de agua para los bebés mayores de 6 meses y, para los
menores, media onza de este jugo.
Remedio para el estreñimiento infantil
#2: Preparar al bebé mayor de 6 meses un puré de peras y
duraznos a diario.
Remedio para el estreñimiento infantil
#3: Preparar al bebé mayor de 7
meses un cereal de cebada o de avena. Evitar el cereal de arroz o plátano,
ya que carecen de fibra suficiente.
Remedio para el estreñimiento infantil
#4: Aplicar una presión suave con las yemas de los dedos 3
pulgadas debajo del ombligo del bebé.
Remedio para el estreñimiento infantil
#5: Usar un termómetro rectal infantil, una vez el doctor ha
diagnosticado el estreñimiento, para ayudar al niño a defecar. Para ello, se
debe lubricar bien el termómetro con jalea de petrolato, insertarlo en el recto
del bebé no más de 3 cm y sacarlo.
Remedio para el estreñimiento infantil #6: Administrar
cinco gránulos de los siguientes remedios homeopáticos tres veces al día
durante dos días: Calcium carbonicum (si el niño no suele tener ganas de
evacuar); Lycopodim (si sufre cólicos con frecuencia); Nux vómica (tiene muchas
ganas de evacuar, pero no lo consigue); Natrium chloratum (tiene dolores al
defecar y sus excrementos son pequeñas bolitas, como las de las ovejas)
Remedio para el estreñimiento infantil #7: Colocar
en una licuadora una cabeza de brócoli, una cucharada de aceite de oliva y
la pulpa de un aguacate pequeño. Licuar por unos
instantes. Servir, a modo de papilla, para que el niño lo consuma a diario
hasta superar el trastorno.
Recomendaciones
-Fomentar en el niño el
consumo de alimentos con fibra: Algunos de los alimentos que más fibra
contienen son el salvado de trigo no refinado (44 gramos de fibra por cien
gramos de alimento], los cereales de desayuno de salvado (2ó gramos), las
ciruelas secas (13,4 gramos) y los garbanzos, los guisantes y las lentejas (12
gramos).
-Servir bocadillos como
vegetales crudos (zanahoria, apio, etc.) cuando el niño sienta hambre. Si los
rechaza puede colocarles algún adorno como, por ejemplo, una pieza de apio
untada con un poco de mantequilla de maní lo cual ayuda a combatir el
estreñimiento.
-Ser creativo con los
vegetales Puede que el niño no le guste definitivamente los vegetales. En
este caso se puede disfrazar los vegetales picándolos en diferentes formas
incluso se pueden esconder en pedazos dentro de un pastel de carne.
-Procurar que el niño
consuma abundante líquido, ya que su falta es otra causa del estreñimiento. En
el caso de los niños mayores, es especialmente importante si se les está
introduciendo más salvado y otros alimentos altos en fibra en su
dieta. Los líquidos ayudan a dar volumen a la fibra, para que las heces sean
suaves y fáciles de pasar.
-Evitar proporcionar al niño
pan, espaguetis, macarrones y fideos elaborados con harina blanca (no integral)
y alimentos astringentes como membrillo, plátano verde, entre otros.
-Evitar la carencia de
actividad física. Si el bebé está gateando, es recomendable animarlo a dar
pequeños saltos para activar el flujo sanguíneo. Si aún no gatea, deber moverse
sus extremidades con frecuencia o hacer bicicleta con sus piernas (como si
estuviera pedaleando).
-No iniciar el entrenamiento
para ir al sanitario demasiado pronto. Los niños que no están listos para usar
el inodoro pueden retener las heces como una forma de llevar la contraria. De
allí que es necesario conversar con ellos.
-Cambiar la fórmula de la
leche Si se ha observado que la fórmula de la leche presenta dificultad e
incomodidad para que el bebé pueda defecar y sus deposiciones son duras y
secas, es necesario considerar la posibilidad de cambiar de marca, previa
consulta médica.
-No proporcionar leche de
magnesia regularmente al niño (mayor de 10 años), ya que interfiere con la absorción
de las vitaminas solubles en grasa y, además, el niño puede volverse tan
dependiente que perderá el estímulo para evacuar.
-Llevar un registro diario
de alimentación. Anotar todo lo que el niño come y bebe cada día para poder
determinar que alimento le está causando estreñimiento. Si el niño bebe
un litro de leche al día, por ejemplo, quizá los productos lácteos
(provenientes de la vaca) pueden estreñirlo.
-No preocuparse si el recién
nacido gruñe o puja cuando está evacuando, ya que no tiene tanta fuerza
abdominal como los adultos lo cual se considera perfectamente normal siempre y
cuando las heces sean suaves y húmedas
Acudir al pediatra en los siguientes
casos:
-Cuando el recién nacido no
ha expulsado el meconio dentro de las 48 horas siguientes al parto, ya que
puede carecer de los nervios que requiere para facilitar el movimiento
intestinal. Esta anomalía se conoce como enfermedad de Hirschsprung.
-Cuando el bebé, que consume
leche materna, no tiene una evacuación en más de dos días.
-Cuando el bebé vomita una
sustancia amarillo-verdosa o tenga el abdomen distendido o inflamado.
-Cuando el bebé o el niño
mayor presenta sangre en la evacuación.
-Cuando el niño mayor
presenta mucho dolor, su estómago está distendido y no está comiendo bien, ya
que podría ser síntoma de un bloqueo u otro problema intestinal.
-Cuando el niño mayor parece
evitar la evacuación con un fin de tipo emocional, especialmente durante el
entrenamiento para ir al sanitario o tiene evacuaciones accidentales cuando no
está en el baño. La retención prolongada de las heces puede, con el
tiempo, ocasionar encopresis, una afección en la que el niño está tan impactado
que pierde el control del esfínter y las heces se salen.