No es lo mismo beber un café
por la mañana que por la noche, o un zumo de frutas al mediodía que a la tarde.
Cada actividad requiere de una bebida especial, aunque el agua sea por
excelencia siempre la más aconsejable. En la siguiente nota conocerás cuáles
son las mejores bebidas para cada momento del día (según el objetivo que
tengas).
Para hacer músculo
Leche. Este alimento
lácteo contiene una buena dosis de caseína y proteínas de suero, con los
aminoácidos esenciales y fundamentales para poder construir músculos. Es ideal
si estás cumpliendo una rutina para lograr este objetivo. Bebe batidos con
leche antes y después de entrenar.
Para adelgazar
Té verde o zumo de toronja.
Puedes optar por el primero en invierno y por el segundo en verano. Permiten
mejorar el metabolismo y quemar grasas. En el caso de la fruta, se puede
comer sola, en ayunas, cada mañana.
Para recuperarse del ejercicio
Agua, chocolate con
leche o bebidas deportivas. Lo más importante después de entrenar es beber una
buena cantidad de agua para reponer el líquido que se perdió a través del
sudor. Las otras dos opciones sirven para recuperar energías, sobre todo si la
rutina es muy exigente.
Para rendir más
Agua, zumo de cerezas o agua
de coco. Ya sea que tienes que rendir un examen, quedarte hasta tarde en el
trabajo o prepararte para correr una maratón, estas tres alternativas son las
más recomendadas. Ya sabemos las propiedades que tiene beber agua. Por su
parte, el zumo de cereza (consumido durante una semana seguida) reducirá los
dolores del ejercicio y recuperar los músculos. El agua de coco hidrata y
permite resistir más jornadas extensas.
Para calambres musculares
Zumo de pickles. Puede sonar
un poco raro, pero el zumo de pepinillos es excelente para
los calambres o espasmos musculares, tan dolorosos y molestos que se
producen sobre todo en las piernas. Ayuda en la comunicación entre el cerebro y
los músculos cuando hay fatiga.
Para malestar estomacal
Jengibre con agua, azúcar y
limón (conocido como Ginger Ale). Permite eliminar las náuseas y los
dolores en el estómago cuando hemos comido de más o alguna comida no nos sentó
bien.
Para el resfriado
Té con limón y
miel. Es un clásico remedio casero cuando estamos resfriados o con gripe.
Permite eliminar la congestión nasal, ayudar a expectorar las flemas, etc.
Algunos le añaden unas gotas de whisky o ron para aumentar los beneficios.
Para el dolor de garganta
Té de cúrcuma. Permite
mantener la garganta húmeda y reducir la inflamación en esa zona.
Para las úlceras bucales
Leche de coco. Puedes hacer
gárgaras con este líquido si tienes llagas o quemaduras en la boca producidas
por una comida caliente. También puedes beber la leche cuando se trata de
una erupción por problemas estomacales o en las infecciones por hongos
como son las aftas.
Para el estreñimiento
Zumo de aloe vera.
Tiene efectos laxantes y es muy bueno para desinflamar. Extrae la pulpa de
un tallo de aloe vera, mezcla con agua y bebe en ayunas. También puedes
conseguir el extracto en las casas naturistas.
Para la somnolencia
Spirulina, café. El primero
es más aconsejable que el segundo, ya que la cafeína no es del todo buena para
el cuerpo. Una pequeña taza de café puede ser la solución una vez cada tanto,
pero el polvo de spirulina (se vende en las dietéticas), derivado de las algas
azules y verdes, contiene una gran cantidad de minerales y vitaminas que
estimulan la energía. Disuelve en agua o zumo.
Para dormir
Zumo de cereza, leche
caliente o té de manzanilla. Consume cualquiera de estas tres alternativas
una hora antes de dormir y verás que descansas como un angelito toda la noche.
Aumentarán tus niveles de melatonina, que sirven a mejorar la duración del
sueño y su calidad. La manzanilla sirve para tener sueños más profundos.
Para levantar el ánimo
Té de melisa. Puedes
acompañar con unas gotas de zumo de limón. Lo preparas como cualquier
infusión. Reduce la presión arterial y hará que te sientas
mejor, dejando de lado la depresión o la tristeza.
Para la digestión
Té de hierbas. Después de
comer, sobre todo si lo has hecho copiosamente, bebe un té de hierbas, que te
ayudará a digerir mejor los alimentos. Los más recomendables son la menta
o el boldo. Para una digestión más rápida, añade una pizca de canela en polvo a
tu infusión.
Para contrarrestar la comida picante
Leche, yogur bebible.
Estos dos lácteos permiten aliviar la inflamación y sensación de fuego que se
produce en el estómago cuando comemos algo con mucho picante o
condimentos. La leche es ligeramente ácida y permite neutralizar algunos
ingredientes como la capsaicina (presente en el curry, la cúrcuma, el
jengibre, el comino, etc.).
Para la resaca
Zumo de naranja, batido de
plátano. Si te has pasado con las copas y al otro día te duele la cabeza y el
estómago, además de beber mucha agua para hidratarte y eliminar
toxinas, se aconseja beber en ayunas un zumo de naranjas o un batido de
plátano (puedes añadirle espinaca). El alcohol reduce el azúcar en
sangre y ambas bebidas volverán los niveles a la normalidad.
Para la deshidratación
Agua de coco. El agua pura
es muy buena pero en el caso del agua de coco además te ofrecerá una buena
cantidad de electrolitos y carbohidratos. Excelente para consumir después
del ejercicio o para días de excesivo calor.