La conjuntivitis se
produce cuando se nos inflama la capa más externa del ojo, la que lo protege y
hace entre otras cosas que éste se conserve húmedo -algo imprescindible para
que pueda funcionar correctamente-. Su origen puede ser muy variado, destacando
el alérgico y las infecciones -rascarse los ojos con las manos
sucias, por ejemplo-, y las características que la identifican son entre otras
la sensación de tener arenilla en el ojo, sentirlo seco y la aparición de
lagañas espesas.
Por suerte, existen remedios
caseros bastante eficaces y que nos pueden ayudar a curar esta patología,
de forma sencilla y con productos naturales que todos podemos tener por casa.
Vamos a conocer algunos de ellos:
- Infusión de manzanilla: uno
de los más conocidos y empleados. Ponemos agua a hervir y preparamos una
infusión de manzanilla -lo ideal es hacerla con las flores, pero si no tenemos
podemos utilizar las bolsitas-. Colamos la infusión y la dejamos reposar.
Cuando esté tibia, mojamos un algodón y nos frotamos ligeramente el ojo
-podemos dejar caer alguna gotita directamente sobre el ojo, a modo de colirio-.
- Infusión de helicriso o tomillo yesquero: esta
planta también es conocida como sol de oro, y podemos encontrarla en
herboristerías. Los pasos a seguir son exactamente iguales que con la infusión
de manzanilla: hervir agua con la planta, colarla, dejarla reposar y aplicar
sobre el ojo una vez esté tibia.
- Agua de Eufrasia: son
unas gotas de extracto de plantas como la manzanilla o el té verde. Al no
llevar medicamentos, no tiene fecha de caducidad, por lo que nos puede durar
sin problemas durante bastante tiempo. No es necesario padecer conjuntivitis
para usarla, nuestros ojos nos lo agradecerán también cuando estén cansados o en
ambientes cargados, ya que nos ayuda a humedecerlos. Aplicamos unas gotitas en
cada ojo y listo. Podemos encontrarla en farmacias y herboristerías.
- Limón: Es el mejor antiséptico
natural que existe, sin embargo pocos se atreven a utilizarlo, ya que
produce un gran escozor y ardor cuando nos lo aplicamos directamente en el ojo.
Para evitar que el dolor sea tan intenso podemos mezclarlo con unas gotitas de
agua -muy poca- y aplicarlo como cualquier colirio -una o dos gotas por ojo-.