sábado, 18 de abril de 2015

CÁNCER DE VEJIGA





El cáncer de vejiga se presenta alrededor de tres veces más en los varones que en las mujeres. Ciertas sustancias químicas se concentran en la orina y causan cáncer. El cáncer de vejiga se manifiesta en el cuerpo humano a través de alteraciones al orinar. Si una persona siente dolor al orinar, lo hace de forma exageradamente frecuente o tiene sangre en la orina, debe dirigirse al médico para ser examinada. No obstante, estos síntomas por sí solos no implican necesariamente que la persona que los padezca tenga cáncer de vejiga. El urólogo (médico especializado en enfermedades de las vías urinarias) es el único que puede detectar (diagnosticar) el cáncer de vejiga a través de un examen físico.
CAUSAS
Fumadores. Es el grupo de mayor riesgo para adquirir la enfermedad (dos veces más que los no fumadores). Fumar no sólo aumenta las posibilidades de padecer cáncer de vejiga, sino que al mismo tiempo facilita la aparición de otro tipo de cánceres y enfermedades. 
Ocupaciones de riesgo. Aquellas personas que trabajan en lugares expuestos a la presencia de sustancias cancerígenas: trabajadores que ejercen su profesión en el sector del metal, en las industrias de la piel, en empresas químicas, en empresas que generan residuos químicos tóxicos, en el sector de la impresión, en talleres textiles, o que trabajan como maquinistas, como conductores de camión o como pintores, forman parte de un grupo de riesgo importante.
SÍNTOMAS DE CÁNCER DE VEJIGA
El cáncer de vejiga se suele sospechar por primera vez, antes de la aparición de cualquier síntoma, cuando un examen microscópico rutinario de orina detecta glóbulos rojos. Sin embargo, la orina puede ser sanguinolenta a simple vista.
Los síntomas del cáncer de vejiga pueden ser idénticos a los de la infección de la vejiga (cistitis) y ambos problemas se pueden presentar juntos. Se sospecha un cáncer de vejiga cuando los síntomas no desaparecen con el tratamiento para la infección. Un examen microscópico sistemático u otras pruebas de orina pueden detectar sangre y células de pus, y una especial evaluación microscópica (citología) frecuentemente detecta células cancerosas. Los síntomas principales:



-Tener sangre en la orina (la orina presenta un color rojo brillante o rojizo). 
-Sufrir dolor al orinar. 
-Necesitar orinar de forma exageradamente frecuente. 
-Tener la sensación de querer orinar sin poder hacerlo.
PREVENCIÓN
La forma más eficaz para prevenir el cáncer de vejiga es el control médico. De hecho, la prevención médica es el único sistema existente para poder tener mayores garantías para curar la enfermedad. Es importante efectuar controles médicos regulares para detectar el cáncer en su fase inicial aumentando las posibilidades de extracción del mismo. 
Es importante aplicar sistemas de protección y seguridad laboral en aquellos puestos de trabajo relacionados con la industria química y textil y cualquier otra que genere residuos químicos tóxicos. También hay que velar por la seguridad de peluqueros, maquinistas, pintores, impresores y conductores de camión. 
Otra forma de prevenir -si no la enfermedad, sí su evolución y gravedad- es realizarse controles médicos regularmente si existen casos en la propia familia, o bien si el paciente ha sufrido infecciones o trastornos urinarios. Éstos son factores de riesgo y, si se detecta a tiempo un cáncer, la probabilidad de curación aumenta y los problemas que pueden surgir se reducen en gran medida.
DIAGNÓSTICOS
Para averiguar su causa, el especialista pregunta sobre el historial médico del paciente y realiza un examen físico. El chequeo físico incluye un examen vaginal o rectal que permitirá detectar tumores, protuberancias, hinchazones o malformaciones mediante palpaciones directas. Además, se analizan en el laboratorio muestras de orina para comprobar si contienen o no células cancerosas. El médico utiliza un instrumento para mirar directamente dentro de la vejiga, procedimiento conocido como cistoscopia, que puede realizarse con anestesia local o general. Consiste en examinar la vejiga mediante un tubo delgado y con iluminación (llamado cistoscopio), que se introduce en la vejiga a través de la uretra. Además, con este instrumento existe la posibilidad de recoger muestras de tejido para que sean analizados al microscopio por un patólogo, que puede detectar la presencia de células cancerosas. A este tipo de procedimiento se le llama biopsia y, en muchos casos, es la manera definitiva de diagnosticar un cáncer.
Otra técnica utilizada para la diagnosis del cáncer de vejiga es la llamada pielografía intravenosa, que es una radiografía que se realiza después de aplicar al paciente una inyección de colorante que contiene yodo y que, al mezclarse con la orina, permite ver la vejiga con mayor claridad.
TRATAMIENTOS
En los tipos de cáncer más superficial , el tratamiento consiste en la extirpación del tumor a través de la uretra. Como tratamiento complementario a este tipo de cáncer y para prevenir posibles nuevos tumores, se utiliza la quimioterapia.
En los tipos de tumor más profundo es necesario colocar mediante vía quirúrgica un reservorio a modo de vejiga cuando se haya extirpado este órgano. La quimioterapia es utilizada o bien antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, o bien tras la operación para prevenir nuevos bultos.
OTROS DATOS
Etapas del cáncer de vejiga
Una vez se ha diagnosticado el cáncer de vejiga, el médico necesita saber el grado del cáncer y la etapa de desarrollo en la que se encuentra.
El grado: Indica el parecido o la diferencia que existe entre las células normales y las cancerosas, y da idea de la rapidez con la que posiblemente vaya a crecer el cáncer. Cuanto menor sea el grado, más aproximadas a la normalidad serán y, probablemente, el crecimiento y extensión será más lento que si el grado es mayor.
La etapa: Es una medida de la localización y extensión a la que ha llegado el cáncer y determina qué otras partes del cuerpo han sido afectadas. La etapa de un cáncer puede determinarse en el mismo momento de la diagnosis, o pueden ser necesarias otras pruebas.

El estado: El estado del cáncer va desde la etapa 0 o carcinoma in situ (cuando el cáncer sólo aparece en el recubrimiento interno de la vejiga) hasta la etapa 4 (cuando el cáncer ha invadido el abdomen, pelvis o ganglios linfáticos de la zona). Un sistema de determinación del estado de desarrollo del cáncer de vejiga, bastante utilizado, es el llamado sistema TNM:
- La letra T (Tamaño) seguida de un número del 1 al 4 describe el grado de la invasión del tumor dentro de la pared de la vejiga y en los tejidos circundantes. Cuánto más alto es el número que acompaña a la T, mayor es la extensión de la invasión.
- La letra N (Nódulo) seguida de un número del 1 al 3 indica si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos próximos a la vejiga y cuánto han crecido dichos ganglios. Los ganglios linfáticos contienen células del sistema inmunitario que defienden el organismo de las infecciones y los tumores.
- La letra M (Metástasis) seguida de un 0 o un 1 indica si el cáncer se ha extendido a órganos distantes (pulmones, huesos, etc...) o a ganglios linfáticos que no están en las proximidades de la vejiga. La elección del tratamiento para que un paciente se recupere depende del estado evolutivo en el que se encuentre la enfermedad. En función de la expansión de las células cancerosas, el cáncer de vejiga estará en una u otra de sus 5 etapas.
Etapa 0 (carcinoma in situ). Cuando el cáncer se encuentra sólo en la parte del recubrimiento interno de la vejiga, es decir, a su capa más superficial. En este caso, cuando el tratamiento ya ha surtido su efecto y el cáncer ha sido extraído, la vejiga ya no presentará ninguna hinchazón.
Etapa I. En este caso las células ya se han diseminado por la capa interna de la vejiga sin llegar a expandirse por su capa muscular.
Etapa II. Cuando las células cancerosas se han expandido por la parte interior de la vejiga y en la capa interior de los músculos.
Etapa III. Momento en el que las células malignas se han expandido por la capa interior de la vejiga, la pared muscular, la capa de alrededor, e incluso por los órganos reproductores cercanos. En este caso el médico podrá palpar una hinchazón en la parte afectada después de la intervención para extraer las células malignas.

Etapa IV. No se trata de una etapa propiamente dicha, sino que se refiere al cáncer que reaparece después de haberse tratado. Esta reaparición se puede producir en la vejiga o en otras zonas del cuerpo.