El cáncer de vejiga se
presenta alrededor de tres veces más en los varones que en las mujeres. Ciertas
sustancias químicas se concentran en la orina y causan cáncer. El cáncer de
vejiga se manifiesta en el cuerpo humano a través de alteraciones al orinar. Si
una persona siente dolor al orinar, lo hace de forma exageradamente frecuente o
tiene sangre en la orina, debe dirigirse al médico para ser examinada. No
obstante, estos síntomas por sí solos no implican necesariamente que la persona
que los padezca tenga cáncer de vejiga. El urólogo (médico especializado en
enfermedades de las vías urinarias) es el único que puede detectar
(diagnosticar) el cáncer de vejiga a través de un examen físico.
CAUSAS
Fumadores. Es el grupo de
mayor riesgo para adquirir la enfermedad (dos veces más que los no fumadores).
Fumar no sólo aumenta las posibilidades de padecer cáncer de vejiga, sino que
al mismo tiempo facilita la aparición de otro tipo de cánceres y
enfermedades.
Ocupaciones de
riesgo. Aquellas personas que trabajan en lugares expuestos a la presencia
de sustancias cancerígenas: trabajadores que ejercen su profesión en el sector
del metal, en las industrias de la piel, en empresas químicas, en empresas que
generan residuos químicos tóxicos, en el sector de la impresión, en talleres
textiles, o que trabajan como maquinistas, como conductores de camión o como
pintores, forman parte de un grupo de riesgo importante.
SÍNTOMAS DE CÁNCER DE VEJIGA
El cáncer de vejiga se suele
sospechar por primera vez, antes de la aparición de cualquier síntoma, cuando
un examen microscópico rutinario de orina detecta glóbulos rojos. Sin embargo,
la orina puede ser sanguinolenta a simple vista.
Los síntomas del cáncer de
vejiga pueden ser idénticos a los de la infección de la vejiga (cistitis) y ambos problemas se pueden presentar juntos. Se
sospecha un cáncer de vejiga cuando los síntomas no desaparecen con el
tratamiento para la infección. Un examen microscópico sistemático u otras
pruebas de orina pueden detectar sangre y células de pus, y una especial
evaluación microscópica (citología) frecuentemente detecta células cancerosas.
Los síntomas principales:
-Tener sangre en la orina
(la orina presenta un color rojo brillante o rojizo).
-Sufrir dolor al
orinar.
-Necesitar orinar de forma
exageradamente frecuente.
-Tener la sensación de
querer orinar sin poder hacerlo.
PREVENCIÓN
La forma más eficaz para
prevenir el cáncer de vejiga es el control médico. De hecho, la prevención
médica es el único sistema existente para poder tener mayores garantías para
curar la enfermedad. Es importante efectuar controles médicos regulares para
detectar el cáncer en su fase inicial aumentando las posibilidades de
extracción del mismo.
Es importante aplicar
sistemas de protección y seguridad laboral en aquellos puestos de trabajo
relacionados con la industria química y textil y cualquier otra que genere
residuos químicos tóxicos. También hay que velar por la seguridad de
peluqueros, maquinistas, pintores, impresores y conductores de camión.
Otra forma de prevenir -si
no la enfermedad, sí su evolución y gravedad- es realizarse controles médicos
regularmente si existen casos en la propia familia, o bien si el paciente ha
sufrido infecciones o trastornos urinarios. Éstos son factores de riesgo y, si
se detecta a tiempo un cáncer, la probabilidad de curación aumenta y los
problemas que pueden surgir se reducen en gran medida.
DIAGNÓSTICOS
Para averiguar su causa, el
especialista pregunta sobre el historial médico del paciente y realiza un
examen físico. El chequeo físico incluye un examen vaginal o rectal que
permitirá detectar tumores, protuberancias, hinchazones o malformaciones
mediante palpaciones directas. Además, se analizan en el laboratorio muestras
de orina para comprobar si contienen o no células cancerosas. El médico utiliza
un instrumento para mirar directamente dentro de la vejiga, procedimiento
conocido como cistoscopia, que puede realizarse con anestesia local o general.
Consiste en examinar la vejiga mediante un tubo delgado y con iluminación
(llamado cistoscopio), que se introduce en la vejiga a través de la uretra.
Además, con este instrumento existe la posibilidad de recoger muestras de
tejido para que sean analizados al microscopio por un patólogo, que puede
detectar la presencia de células cancerosas. A este tipo de procedimiento se le
llama biopsia y, en muchos casos, es la manera definitiva de diagnosticar un
cáncer.
Otra técnica utilizada para
la diagnosis del cáncer de vejiga es la llamada pielografía intravenosa, que es
una radiografía que se realiza después de aplicar al paciente una inyección de
colorante que contiene yodo y que, al mezclarse con la orina, permite ver la
vejiga con mayor claridad.
TRATAMIENTOS
En los tipos de cáncer
más superficial , el tratamiento consiste en la extirpación del tumor
a través de la uretra. Como tratamiento complementario a este tipo de cáncer y
para prevenir posibles nuevos tumores, se utiliza la quimioterapia.
En los tipos de tumor
más profundo es necesario colocar mediante vía quirúrgica un
reservorio a modo de vejiga cuando se haya extirpado este órgano. La
quimioterapia es utilizada o bien antes de la cirugía para disminuir el tamaño
del tumor, o bien tras la operación para prevenir nuevos bultos.
OTROS DATOS
Etapas del cáncer de vejiga
Una vez se ha diagnosticado
el cáncer de vejiga, el médico necesita saber el grado del cáncer y la etapa de
desarrollo en la que se encuentra.
El grado: Indica el
parecido o la diferencia que existe entre las células normales y las
cancerosas, y da idea de la rapidez con la que posiblemente vaya a crecer el
cáncer. Cuanto menor sea el grado, más aproximadas a la normalidad serán y,
probablemente, el crecimiento y extensión será más lento que si el grado es
mayor.
La etapa: Es una medida
de la localización y extensión a la que ha llegado el cáncer y determina qué
otras partes del cuerpo han sido afectadas. La etapa de un cáncer puede determinarse
en el mismo momento de la diagnosis, o pueden ser necesarias otras pruebas.
El estado: El estado del cáncer va desde la etapa 0 o carcinoma in situ (cuando el cáncer sólo aparece en el recubrimiento interno de la vejiga) hasta la etapa 4 (cuando el cáncer ha invadido el abdomen, pelvis o ganglios linfáticos de la zona). Un sistema de determinación del estado de desarrollo del cáncer de vejiga, bastante utilizado, es el llamado sistema TNM:
El estado: El estado del cáncer va desde la etapa 0 o carcinoma in situ (cuando el cáncer sólo aparece en el recubrimiento interno de la vejiga) hasta la etapa 4 (cuando el cáncer ha invadido el abdomen, pelvis o ganglios linfáticos de la zona). Un sistema de determinación del estado de desarrollo del cáncer de vejiga, bastante utilizado, es el llamado sistema TNM:
- La letra
T (Tamaño) seguida de un número del 1 al 4 describe el grado de la
invasión del tumor dentro de la pared de la vejiga y en los tejidos
circundantes. Cuánto más alto es el número que acompaña a la T, mayor es la
extensión de la invasión.
- La letra
N (Nódulo) seguida de un número del 1 al 3 indica si el cáncer se ha
extendido a los ganglios linfáticos próximos a la vejiga y cuánto han crecido
dichos ganglios. Los ganglios linfáticos contienen células del sistema
inmunitario que defienden el organismo de las infecciones y los tumores.
- La letra
M (Metástasis) seguida de un 0 o un 1 indica si el cáncer se ha extendido
a órganos distantes (pulmones, huesos, etc...) o a ganglios linfáticos que no
están en las proximidades de la vejiga. La elección del tratamiento para que un
paciente se recupere depende del estado evolutivo en el que se encuentre la
enfermedad. En función de la expansión de las células cancerosas, el cáncer de
vejiga estará en una u otra de sus 5 etapas.
Etapa 0 (carcinoma in
situ). Cuando el cáncer se encuentra sólo en la parte del recubrimiento
interno de la vejiga, es decir, a su capa más superficial. En este caso, cuando
el tratamiento ya ha surtido su efecto y el cáncer ha sido extraído, la vejiga
ya no presentará ninguna hinchazón.
Etapa I. En este caso
las células ya se han diseminado por la capa interna de la vejiga sin llegar a
expandirse por su capa muscular.
Etapa II. Cuando las
células cancerosas se han expandido por la parte interior de la vejiga y en la
capa interior de los músculos.
Etapa III. Momento en
el que las células malignas se han expandido por la capa interior de la vejiga,
la pared muscular, la capa de alrededor, e incluso por los órganos
reproductores cercanos. En este caso el médico podrá palpar una hinchazón en la
parte afectada después de la intervención para extraer las células malignas.
Etapa IV. No se trata
de una etapa propiamente dicha, sino que se refiere al cáncer que reaparece
después de haberse tratado. Esta reaparición se puede producir en la vejiga o
en otras zonas del cuerpo.