El hígado es un órgano
importante en el proceso de depuración, ya que filtra las toxinas que serían
muy perjudiciales para el organismo.
Además regula el metabolismo
de las grasas al segregar la bilis que sirve para disolverlas.
El hígado tiene,
también, la capacidad de auto regenerarse, pero, a pesar de ello, cuando
trabaja de más puede desarrollar diversas enfermedades.
Una de ellas es la
que recibe el nombre de hígado graso o esteatosis hepática la cual se ha
convertido, en los últimos 10 años, una de las dolencias crónicas más
frecuentes.
Este trastorno se genera al
acumularse los ácidos grasos y triglicéridos en las células
hepáticas y su origen es desconocido, pero suele estar asociado a la obesidad,
la diabetes o la hipercolesterolemia.
El hígado graso se considera
una enfermedad silenciosa, ya que, en la mayoría de las personas que lo
sufren no presentan síntomas evidentes. Sin embargo,
otras personas pueden sentir una ligera sensación de presión o
dolor en la zona superior derecha del abdomen, fatiga crónica o
pesadez después de las comidas.
Para diagnosticarlo, se debe
realizar un análisis de sangre cuyos resultados confirmen la existencia de
un alto índice de transaminasas (unas enzimas presentes en el hígado) y también
un aumento de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos. Una
biopsia hepática y una ecografía de contraste podrían constituir las pruebas definitivas
de su presencia.
Remedios populares
Remedio para el hígado graso #1: Consumir
lecitina de soja ya que ayuda a expulsar la bilis a través del hígado
al hacerla más fluida y eficaz
Remedio para el hígado graso #2: Las
hojas de boldo contienen dos principios activos, la boldina y la boldoglucina,
que son estimulantes y tónicos del hígado. Se obtiene la tisana poniendo en
infusión 10 gramos de hojas por litro de agua; se toma una taza después de las
principales comidas. Se obtiene una tintura haciendo macerar, durante diez
días, 100 gramos de hojas reducidas a polvo en medio litro de alcohol de 80°,
agitando de vez en cuando, filtrando después. Se toman de 1 a 2 gramos al día.
Se prepara un elixir
haciendo macerar, durante ocho días, 30 gramos de hojas en 120 gramos de
alcohol de 60° y medio litro de vino de Jerez, colando después y agregando 300
gramos de azúcar. Se filtra tres o cuatro días después y se toma diariamente
una copita de licor. Se hace, más simplemente, un vino de boldo, haciendo macerar,
durante diez días, 30 gramos de hojas en un litro de vino de Jerez y filtrando.
Se toma una copita de licor cada día..
Remedio para el hígado graso #3: Lavar,
pelar y picar dos rábanos y colocar en una licuadora. Añadir un
vaso de agua. Licuar por unos instantes y luego colar. Tomar este
jugo en días alternos (un día sí y otro no).
Remedio para el hígado graso #4: Verter
dos cucharadas de cardo mariano en una taza de agua que esté
hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar una taza de esta infusión
a diario.
Remedio para el hígado graso #5: Consumir,
cada dos días, las hojas tiernas de cardo mariano y sin espinas en una
ensalada.
Remedio para el hígado graso #6: Tomar
una cucharada de mixtura de ruibarbo y soda la cual se adquiere en
las farmacias botánicas.
Remedio para el hígado graso #7: Mezclar
una cucharadita de diente de león y centaurea en una taza de agua. Hervir
por 3 minutos, retirar del fuego y tapar. Tomar, bien caliente, una
taza después de las comidas principales.
Remedio para el hígado graso #8: Consumir alcachofas en
las ensaladas, por lo menos, tres veces por semana.
Remedio para el hígado graso #9: Mezclar
10 gramos de genciana, 10 gramos de menta, 10 de boldo, 10 de angélica, 10
gramos de cardo mariano y luego dejar en reposo durante toda la noche en
un litro de agua que esté hirviendo. Tomar al día siguiente, en
ayunas, una cucharada del líquido obtenido diluida en medio vaso de agua.
Guardar en la refrigeradora y tomar este remedio todos los dias hasta que
se consuma en su totalidad.
Remedio para el hígado graso #10: Lavar
y picar 1 kg de raíz de achicoria tierna. Luego, pasar por la
licuadora, colocar el zumo en una cacerola y adicionar 500 g.
de azúcar granulado. Hervir hasta que el zumo adquiera la consistencia
parecida al jarabe. Conservar en una botella de cierre hermético. Tomar una
cucharadita tres veces diarias hasta que se mejore.
Remedio para el hígado graso #11: Hervir
1 cucharada de ortiga y otra de llantén en 1 taza de agua por 5 minutos.
Retirar del fuego, dejar refrescar y colar. Tomar 1 taza después de
cada comida.
Remedio para el hígado graso #12: Preparar
una mezcla a partes iguales de menta poleo, manzanilla, cardo mariano,
caléndula y boldo y extraer 1 cucharada la cual se verterá en una taza que
esté hirviendo. Tomar 1 taza antes de cada comida siendo la primera por la
mañana, en ayunas.
Recomendaciones
-Toda persona que sospecha
que tiene hígado graso debe acudir a un especialista para que le confirme,
mediante pruebas, si efectivamente lo padece. Si se determina que el
hígado graso es consecuencia de una dieta incorrecta, es
importante cambiar los hábitos alimenticios. En este caso, se
recomienda:
-Consumir alimentos ricos en
vitamina del grupo B Algunas vitaminas del grupo B es fundamental para que
las enzimas hepáticas realicen bien sus funciones depurativas. En este sentido,
se requiere vitamina B1 (cereales integrales y legumbres), B6 (frutos secos
como las nueces, avellanas, etc., plátano, levadura de cerveza) y B12
(pescados, carne, lácteos, huevos...).
-Consumir más fibra en
la dieta, ya que facilita la eliminación del exceso de grasa y azúcares
(cereales integrales).
-Usar técnicas de cocción
que permitan eliminar el exceso de grasa como cocinar al horno,
al vapor, hervidas o a la plancha. Se debe evitar los fritos y los
guisos elaborados con ingredientes ricos en grasa saturada como, por ejemplo,
el chorizo o la morcilla. Preferir el uso de aceite de oliva virgen.
Sus grasas mono insaturadas (ácido oleico) y sus antioxidantes cuidan el
hígado. Se puede tomar hasta 2 cucharadas al día.
-Evitar el consumo
de azúcar (principalmente provenientes de pasteles, galletas,
etc., fabricados industrialmente).
-Evitar la ingesta de
bebidas alcohólicas.
-Reducir el consumo de
productos lácteos enteros y preferir, en su lugar, el
yogur desnatado y el kéfir.
-Evitar el abuso de las
grasas de origen animal. Sin embargo, éstas son una rica fuente de
proteínas. Una forma de sustituirlas es mediante el consumo de proteínas
de origen vegetal (soja, quinoa, entre otros).
-No abusar de los hidratos
de carbono de absorción rápida (pan y arroces no integrales).
-Realizar ejercicio
regularmente como caminar durante 30 minutos al día.
-Es importante tomar
acciones si se sufre de hígado graso, ya que, de lo contrario, se puede
desarrollar una fibrosis hepática (un endurecimiento del órgano) y otros
desórdenes internos e incluso existe un alto riesgo de padecer
de problemas cardiovasculares.